La importancia de los reflejos primitivos


En este post me gustaría hacer una breve introducción sobre los reflejos primitivos, que como profesional del equipo de PsicoMeta me ha llevado a incorporarlo como parte de las intervenciones psicoterapéuticas con niños y adultos (incluso en el servicio de psicoterapia a domicilio) así como en nuestro proyecto de psicología perinatal del que podéis leer un poco más aquí.

La relevancia que tiene la integración de los reflejos primitivos, en el desarrollo físico y cognitivo así como en la salud emocional y relacional, ha hecho que desde PsicoMeta Vitae, incorporemos entre nuestros objetivos hacer llegar a los padres, madres, educadores y cuidadores principales de los más pequeños la necesidad de facilitar de forma natural que los reflejos primarios de nuestros bebés evolucionen hacia reflejos posturales. Si quieres tener más información sobre los talleres para familias o quieres participar en nuestra próxima convocatoria puedes hacerlo pinchando aquí o mandando un correo electrónico a hola@psicometa.es.

Reflejos primitivos

Se trata de respuestas automáticas de naturaleza nerviosa que se producen ante un estímulo externo o interno, aparecen en el embrazo o tras el nacimiento y están controlados por el tronco encefálico. Estos reflejos controlan la actividad motora del recién nacido y está fuera del control voluntario del bebé.

Cada uno de los reflejos primitivos aparece en un momento concreto del embarazo o después del nacimiento.

Cada uno de ellos tiene una función concreta, es decir, ayuda al bebé de diferentes maneras a avanzar, a desenvolverse y a adaptarse a los diferentes retos vitales que van apareciendo a lo largo de su vida desde la concepción. La idiosincrasia de cada reflejo hace que se desarrolle, o se inhiba en diferentes momentos desde el nacimiento hasta aproximadamente los 3 años de vida.

Reflejos posturales, la evolución de los reflejos primitivos

Los reflejos primitivos deben ser inhibidos por centros superiores del cerebro e integrarse en patrones de movimientos voluntarios y automáticos, que son llamados reflejos posturales, durante los primeros años de vida. Estos reflejos posturales o también llamados reflejos de locomoción, son necesarios para nuestra estabilidad y para mantener el equilibrio tanto a cuatro patas como sentados o de pie. Permitirán movernos automáticamente para gatear, caminar, correr, levantarnos…

De esta manera, los ganglios basales de nuestro cerebro (también conocido como cerebro reptil, en el planteamiento teórico de Paul MacLean sobre el cerebro triuno) se encarga de controlar la actividad motora en estrecha colaboración con la corteza motora.

Las tareas de los ganglios basales en el cerebro de los mamíferos y de los humanos serían:

  • Inhibir los reflejos primitivos gracias a los movimientos rítmicos que están programados de forma innata, y que los bebés los ejecutan de forma espontánea antes de comenzar a caminar, es decir, principalmente en la fase en la que todavía están en el suelo.
  • Controlar los reflejos posturales una vez integrados los reflejos primitivos: equilibrio, estabilidad ….
  • Facilitar que se hagan de forma automática estos movimientos aprendidos: comer, montar en bici…
  • Regular nuestro nivel de actividad: sobre todo estar sentados y concentrados.

¿Qué ocurre si no se integran?

Si los reflejos primitivos se mantiene activos pasados los 3 años, revelan una falta de madurez neurológica que de modo general podría afectar a las capacidades físicas (tono muscular, posturas, equilibrio…), cognitivas (capacidad de ignorar las distracciones, procesamiento auditivo y visual…) y emocionales, tanto en niños como en adultos.

Proyecto de Psicología Perinatal

¿Porque interesa trabajarlos?

La idea que nos interesa desde PsicoMeta Vitae es informar y formar sobre todo a las familias y cuidadores principales de los recién nacidos como factor de prevención y protección de la salud física, cognitiva, emocional y relacional de los más pequeños. Además, como pueden comprobar todas las familias y cuidadores que participan, tiene mucho que ver con la relación vincular y de seguridad de los pequeños, promoviendo además la autoconfianza y autoestima desde el principio; cuestiones que posteriormente preocupan a padres y profesores y por las que muchos niños en edad escolar son traídos a nuestros servicios de psicoterapia.

Cuando trabajamos con niños y adultos a nivel terapéutico, y con diferentes motivos de consulta (problemas de aprendizaje, de comportamiento, TDAH, estrés, ansiedad, fobias…), la aplicación de la Terapia de Movimientos Rítmicos (puedes leer sobre ella aquí)supone dar una segunda oportunidad al cerebro para desarrollar y/o recuperar las habilidades propias del ser humano tanto a nivel motor, como cognitivo y emocional.

Como ya hemos mencionado, la integración de los reflejos primitivos se va consiguiendo cuando los bebés ensayan sus movimientos una y otra vez hasta que los hacen perfectos. Los bebés tienen un patrón interno ideal de cómo debe hacerse cada movimiento, pero los niños mayores y los adultos que nunca integraron ese reflejo parecen haber perdido el contacto con este patrón ideal y por lo tanto se le debe enseñar.

Algunos síntomas de reflejos no integrados:

  • Problemas de aprendizaje
  • Dislexia
  • Malas posturas al sentarse a estudiar o escribir
  • Pobre coordinación mano-ojo
  • Poco equilibrio, tendencia a tropezarse o caerse
  • Pobre coordinación
  • Problemas de lateralidad y movimientos cruzados
  • Enuresis, y problemas para controlar esfínteres
  • Problemas de atención y concentración,
  • Problemas para aprender a dar la voltereta, saltar a la pata coja o montar en bicicleta
  • Mareo por movimiento
  • Problemas de comportamiento, muy introvertido y tímido o agresivo
  • Palabras entrecortadas, lenguaje pobre y tardío.
  • Hipersensibilidad a la luz, al tacto, a los estímulos visuales o kinestésicos
  • Mala letra
  • Hiperactividad
  • Se distraen fácilmente
  • Impulsividad
  • Problemas de organización…

 

Si quieres saber mas,  puedes ponerte en contacto con nosotros en www.psicometa.es